
Vamos a recordar: Teníamos en el Centro el punto de encuentro: ¿Dónde quedamos? …en la puerta del Monumental. Y allí nos reuníamos. Era un edificio bonito, clásico, con sus columnas en medio del patio de butacas, que si te tocaba y estaba lleno, pues elegías ver la mitad de la pantalla o tortícolis del día siguiente. Recuerdo la repostería de este cine, suelo de madera, pasteles, milhojas, bollos helados, dulces… en fin, todo lo que necesitabas si tenías céntimos y pesetas para cubrir.
Enfrente teníamos el Capitol, menos popular, pero más tranquilo. Más abajo, el Cine Ideal, con más clase y disponía de platea y general, que se entraba por otra puerta y tenía bancos en vez de butacas. En la Rambla, Cine Avenida, el clásico por excelencia, era otro mundo, supongo que por precio, no recuerdo. Los mejores estrenos se hacían siempre ahí, película única; en los populares era programa doble, aparte del NO-DO y trailer de películas futuras.
Nos vamos a los barrios: en el Pla, el cine Pla, en Carolinas, El Carolo, en San Blas, El Novedades, en Benalúa, el Roxi y el Granados. ¡Ahh, qué recuerdos me trae el Granados! Cuando entrabas, era como la cueva de Indiana Jones, no sabías lo que pisabas pero era como pisar pan tostado, ya que sí se podía y debía comer pipas; era cosa obligada, así como no ponerte bajo de platea porque la ducha de cáscaras era tradicional y segura.
Los aposentadores eran más bien guardias de seguridad, las linternas, el arma temida que te localizaba bien por un beso robado, por un brazo por detrás de lo más inocente o porque te pillaban con los gritos que salían de las gargantas por un beso en la pantalla.
Recuerdo que se inauguró un nuevo cine en la calle Sevilla. Se inauguró con la película Quo Vadis; exitazo tremendo y por supuesto primera plana del único periódico local.
En fin, creo que me he extendido demasiado. Estos recuerdos solamente valdrán para una o dos generaciones; me he despachado a gusto y espero que los lectores perdonen esta vuelta atrás que mi memoria me ha traído.
Como la canción de Serrat Los Fantasmas del Roxi, cuando paso por esos lugares, también veo a los leones atracándose de cristianos, a los gringos cargándose indios y de vez en cuando a Burt Lancaster atacando piratas o saltando en el trapecio.
AUTOR Y LINK DEL ARTICULO: Anto - http://canalosera.com/articulos/cronica-de-los-cines-de-alicante/